Ya estamos
de vuelta de las vacaciones veraniegas, así que… qué mejor que una carrerita de
8 km para volver a poner el cuerpo a punto?
Así que allá
que nos animamos Jorge, Eva y yo a empezar a competir un poquito en
vistas al objetivo de este año que será correr (y no morir en el intento) la
maratón de Barcelona.
Muy felices
nos las prometíamos con la idea de una carrerita de 8 km, y aunque los cuerpos
nos estaban pa muchos trotes, imaginábamos (o al menos yo imaginaba) que la
cosa iba a ser cómoda i ligerita. Total que la teoría se fue al carajo nada más
llegar allí, mientras buscábamos un sitio donde aparcar el coche se nos iba
cambiando la cara, menudos costerones, la de gurugú era una rampita de ná
comparado con aquello.
Una vez asimilada
la cruda realidad, fuimos a por los dorsales donde nos encontramos con otro
runner de nueva hornada, Jordi Camarasa, que disputaba su segunda carrera
oficial y tenía la típica inquietud de las primeras carreras, así que agregamos
a otro Jordi (uno más!!) al grupo de esta carreta. Después fuimos a hacer el
típico calentamiento rácano (pa no gastar muchas fuerzas) por las únicas zonas
sin costera del pueblo.
En cuanto a
la carrera, la idea era hacerla de menos a más con buen ritmo dependiendo de lo
que diera el cuerpo, y el nuevo Jordi se iba a pegar a nosotros e ir
hasta donde pudiera, que engañaos nos tenia! Ya al empezar la carrera cada uno
pilló su ritmo y me fui yo por delante dejando a los dos Jordis al suyo. Allá
por el km 3 Jordi Camarasa llegó a mi altura y se puso a mi ritmo durante unos
metros, después de lo cual me dejó por que el tío iba como una moto, quedándome
yo a cuadros, por que aunque sabía que no estaba a tope si que pensaba que iba
a buen ritmo.
La carrera
nos tenía preparada una sorpresilla bastante desagradable en el km 4, la
“costera del calvari”, creo que el nombre ya refleja bastante fielmente lo que
fue aquello, y sí, yo me sentí com el Nostre Senyor arrastrando la cruz, bfffff
terrible! Una vez pasado el tramo más chungo de la carrera ya seguí con buen
ritmo hasta el final, fui encontrándome un poco mejor y allá por el km 7 llegue
a la altura de Jordi para seguir prácticamente con él hasta el final, donde
sólo gracias a mi cabezonería pude pasarle y llegar un par de segundillos antes
(había que mantener el estatus jejeje). Más tarde llegó Jorge y pudimos
disfrutar del mejor momento de la carrera, cuando al llegar a meta nos dieron…
un polo de limón!! En serio, lo mejor.
Por fin
habíamos acabado, comentamos las incidencias ( que si la costera, etc…) y a Eva
se le despertó el espíritu emprendedor con el tema de las fotos, que ya que
tiene que aguantarnos durante las carreras, no está mal que empiece a hacer
negocio con ello. Tu tranquila Eva ahora cuando empecemos a hacer marcas
profesionales y la prensa nos siga, tendrás la exclusiva de los derechos de
imagen. Aunque de momento… vaya imagen.
 |
Llegada a meta |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Oscar Enrique Miralles