dimarts, 26 de març del 2013

MARATÓ BARCELONA 2013

         Finalmente llegó la fecha deseada, después de algo que empezó hace unos meses como una idea lejana de cuatro zumbaos que querían correr un maratón pero no sabían muy bien como lo harían. Algunos de ellos se quedaron por el camino (Jordá y Llopis) por distintos motivos y porque esta prueba te pide una dedicación que a veces no puedes llevar. Pero sé que otro año la volveremos a preparar y ese día sí estaremos allí los tres (incluso tal vez Joju) en la línea de salida dispuestos  a comernos uno por uno los 42.195m de este maravilloso calvario.

 
           La carrera era el domingo, pero allí estábamos los cuatro (Llopis, Eva, Joju y yo) el sábado para disfrutar un poco del ambiente pre-carrera y de la maravillosa ciudad de Barcelona. Todo muy heavy por allí, centenares de personas recogiendo dorsales y visitando la Feria a las 14.30 de la tarde, de ahí a comer y por la tarde un poco de turismo con teatro incluido. Más tarde ya en casa y siguiendo el ritual de cenar pizza cuatro quesos,  la afición me da los últimos ánimos/consejos, ellos fueron los primeros que me hicieron creer que podía bajar las 3 horas aunque tal vez ni ellos mismos lo creyeran al decírmelo jajaja. Así que todo está bien, me enseñan una pancarta que han hecho para la ocasión, me da un poco de vergüenza  y me doy cuenta de que a ellos también les importa tanto como a mí, les digo que estoy nervioso pero es un nerviosismo positivo, con ganas de hacerlo bien (y más después de lo de la pancarta).
        
           Suena el despertador a las 6:40 bffffff “cinco minutos más mami…”. A las 7 en pie, me hago las tostadas y el zumo y poco a poco veo como se van levantando los demás, seguro que tienen ganas de darme una colleja por hacerles esto, lo veo en sus ojos (del que los puede abrir). A las 8 dejamos el apartamento, la salida esta a cinco minutos así que no hay problema, nos hacemos unas fotitos en la salida, últimos abrazos y ánimos y los cuatro nos separamos convencidos de que lo conseguiré y bajaré de las 3h.
            
            Ya estoy en la salida, me voy al cajón que me corresponde (3h – 3h15m) y ya me sorprende lo espacioso que es. Tenemos sitio de sobra para calentar así que hago unos ejercicios  mientras empieza a llover un poco, pienso que me gustaría un poquito de sol pero recuerdo los partidos lloviendo en el poli y me convenzo de que me sentará bien. Poco antes de dar la salida veo una mujer con una pancarta: “no te dije que fuera fácil, te dije que valdría la pena”, me quedo con ella y la incorporo al disco duro para cuando las cosas vayan mal.
Salimos rápidamente y no hay problema de atascos, intento buscar a mis fans entre la gente en la salida, pero sin las gafas es imposible y aquello esta a reventar de gente, total que concentración y a hacer camino. Los primeros km se me hacen un poco raros ya que no consigo adaptarme bien al ritmo de 4:15 que quiero llevar, hasta que al final en el km 7 lo consigo, veo que la liebre de las 3h no me alcanza y me dejo llevar  tranquilo en ese ritmo. Al llegar al km 11 esta vez sí, veo a la afición que me grita desde ambos lados de la calle, han hecho un buen despliegue para verme pasar por ese punto y despedirse, ya no los volveré a ver hasta el final.
              
            De los diez km siguientes no recuerdo gran cosa, pasamos por la Pedrera y la Sagrada Familia pero yo iba concentrado en el ritmo y no dejaba pasar ni un avituallamiento. Al paso por medio maratón nos cruzamos con los primeros en la meridiana, me da envidia verlos con esos ritmos y me gustaría ir más pero enseguida bajo de las nubes y continuo la marcha. Paso el medio maratón en 1h 30m oficial y miro mi reloj para comprobar que voy realmente en 1h 28m y pico, de momento voy cumpliendo los intermedios, lo que me da confianza. A partir de ahí dejo de mirar el relojito, llámalo pereza, pero es que estaba hasta el gorro de ir contando mentalmente minutitos a cada km. Sé que voy bien y no me hace falta saber más, estoy confiado en poder mantener ese ritmo hasta el final. De ahí al km 30 las sensaciones son extrañas, un km me siento pesado y al siguiente estoy bien, voy alternando kms con esas sensaciones. Aquí sí que empiezan a llegar los primeros avituallamientos sólidos, tomo un poco de todo y doy gracias de que allí no haya cámaras grabando, parezco el monstruo de las galletas intentando zamparme un simple trozo de naranja, y de lo de destapar los geles ni hablamos…
Dejamos la Diagonal en el km 30 y nos dirigimos hacia la zona de la playa que hacemos prácticamente sin público. Allí veo a un veterano que lleva buen ritmo, entonces decido salir del ritmo que llevo y seguirlo a él. Llegamos al km 32 e intento imaginarme en una 10k que acaba de empezar, pero no consigo relajarme, vamos lanzados con ese ritmo y ya no hay vuelta atrás. En el km 35 nos empieza a pasar poco a poco un francés bajito y finito que va un puntito más que nosotros, así que no hay más, subo otra marcha y me voy con él. El ritmo de ahora es muy exigente y más a la altura de carrera que estamos, pero no me encuentro mal del todo  y el chaval y yo nos venimos arriba, incluso cruzamos cuatro palabras en castellano para motivarnos hasta el final.
            Pasamos el km 36 y llega uno de los momentos más emocionantes de la carrera, dejando atrás el Parc de la Cuitadella, subimos hacia el Arc de Triomf. Como he comentado antes venimos de la zona del litoral donde no había casi público, y subiendo hacia el Arc de Triomf empezamos a oír voces. Sin darle importancia seguimos subiendo, pero  conforme nos vamos acercando al monumento el ruido aumenta. Seguimos subiendo poco a poco hasta pasar  bajo el Arc de Triomf y girar enseguida a la izquierda, entonces es cuando se te pone la piel de gallina, el ruido se convierte en un clamor ensordecedor, la calle (Ronda Sant Pere) está hasta los topes de gente que no para de gritar palabras de ánimo a todos. A partir de ahí, ya no nos abandonarán hasta el final, oigo gritos de gente con mi nombre y no lo acabo de entender, seré el corredor seiscientos y pico que pasa por ahí y no me conocen de nada, pero ellos no paran “vamos Óscar!” “ànim que ja queda poc!”. Claro así uno se viene arriba y me dejo al francés para irme a la mía, hago los km del 35 al 40 escopeteao, ya no pienso. En el siguiente avituallamiento lo único que hago es tirarme el agua por encima, ni pararme a beber ni historias, es hora de vaciarme hasta el final. Allá por el km 38 veo a Jordi Camarasa por delante y me acerco hasta él, sé que le gusta hacer las carreras fuerte al principio y aguantar al final, así que nos saludamos con unas frases de ánimo y seguimos cada uno nuestro camino.
 
Llego al km 40 avinguda Paral-lel dirección Plaça Espanya, y llega el famoso muro. Pero no es un muro solamente de cansancio, es que esos dos km (del 40 al 42) son en ascenso, no sé qué porcentaje de pendiente, pero en ese momento me parece el Tourmalet. Veo el monumento de la Plaça Espanya allí al fondo, pero está lejísimos y noto que se me va a hacer largo. Oigo a mi lado “vamos que quedan 10 minutos!”, pero ya voy con el gancho, la cabeza gacha mirando al suelo  y cuando la levanto no veo nada, sólo la plaza al final, a la que parece que no me haya acercado ni un metro. Paso el 41 y en vez de respirar voy gruñendo, ese último km se me ha hecho muy largo y no quiero ni pensar como se me hará este. Toda esta subida me recuerda ahora un poco a las subidas del Tour, la gente animando y apretándose contra los corredores, y unos metros antes del 42 las vallas abren un espacio amplio a los corredores, llego allí con la respiración completamente descompasada pero ya sólo me queda curva a la izquierda y llegada a meta. Y al girar y ver la meta me indigno, el crono marca 2:59:40 y me quedan 195 metros más, me obligo a dejar el crono por debajo de 3h así que pego el último sprint (que en realidad fue un pequeño cambio de ritmo), aprieto los dientes y tiro a tope. Al final creo que paso en 3:00:01 o así, pero me da un poco igual porque no hubiera podido ir ni un segundo más rápido.
 
            
            Al pasar la meta empiezo a caminar e inmediatamente las piernas que advierten que he acabado un maratón, noto que los gemelos se me suben al cogote, así que sigo caminando unos metros más, al final me tumbo y empiezo a estirar mientras me recupero. En ese momento me encuentro con Jordi, nos felicitamos porque todo ha salido genial, hemos acabado un maratón y estamos eufóricos. Nos damos cuenta de que  somos un poco bestias, hace un mes estábamos flipando por haber hecho 35k a 4:22 min/km, hoy hemos hecho 42k a  4:13 min/km , lo dicho: animales de bellota.
Mientras comentamos las mejores jugadas, vamos a hidratarnos y a buscar a las respectivas aficiones. Los encuentro y todo son felicitaciones y abrazos, no los he visto al llegar a meta, pero es que no veía nada de lo cansado que estaba! La carrera ha sido buenísima, pero lo mejor es poder compartirla con ellos. Les cuento, me preguntan, comentamos sensaciones, vemos mis pies con rozaduras etc. Nos vamos para casa y voy pensando que recuerdo casi cada metro de la carrera, tengo la cabeza llena de imágenes, sensaciones, recuerdos, es un poco inexplicable. Yo, que siempre veía las reacciones de la gente cuando acababa un maratón de manera un poco escéptica, que sus comentarios eran un poco exagerados… descubro lo grande que es esta prueba y me voy pa casa más contento que unas pascuas, y de paso les advierto a mis compañeros con una sonrisa, que la crónica será larga.
               
Dos días más pasamos en Barcelona y nos dio tiempo a hacer otro maratón encubierto de lo mucho que pateamos, eso sí, ahora ya estaba todo el equipo y fue  mucho más fácil.

Si has llegado hasta aquí, enhorabuena!  Solo quiero decir una cosa más. Si estás viendo una carrera, anima a los corredores! Aunque sea el corredor 12.345 y ya hayas animado a los 12.344 anteriores, no pares, no sé si sabéis la fuerza que puede tener vuestros gritos de ánimo (aunque sea a un desconocido). Cuando todas las luces se apagan, tu grito puede darle a alguien fuerzas que cree que ya no tiene,  di que te lo digo yo.
Y para los que piensen en hacer una maratón, os digo lo que decía la mujer de la pancarta al inicio de la carrera: “no te digo que sea fácil, te digo que vale la pena”.